Cómo lidiar con un gerente enojado

Una relación laboral eficaz con tu jefe es crucial para un entorno de trabajo productivo y saludable. Tener una buena relación laboral con tu jefe puede ayudarte a controlar el estrés o la ansiedad en el trabajo, así como a promover la confianza. Manejar situaciones difíciles con tu jefe, empleador o supervisor es una habilidad crucial que te ayudará a ti, a tus compañeros y a tu supervisor a establecer un entorno positivo.

En este artículo, repasamos varios pasos que puedes dar para asegurarte de que estás preparado para resolver profesionalmente cualquier conflicto que puedas tener entre tú y tu jefe.

Cómo lidiar con un gestor enfadado

Tu reacción inicial al ser regañado por tu jefe puede ser defenderte o buscar venganza, pero hay alternativas más sofisticadas y profesionales. Cada uno de estos seis conceptos proporciona un método para entender por qué tu jefe ha reaccionado así y para encontrar soluciones que eviten futuros conflictos en el lugar de trabajo. Recuerda estos consejos cuando trates con un jefe iracundo:

1. Mantener el objetivo

Es importante recordar que hay que ser objetivo si el directivo está enfadado. Piensa que su enfado puede deberse a muchas cosas, como un problema personal que puede no tener nada que ver con tu rendimiento. Puede parecer una figura de autoridad intimidante mientras estás en el trabajo, pero fuera del trabajo, es una persona real con defectos reales y una vida personal.

A menos que sepas que has cometido un error o que te digan específicamente que eres la causa del conflicto en cuestión, trata de no asumir que tienes la culpa sólo porque tu jefe esté molesto. Es muy posible que si tu jefe está molesto, esté relacionado con un error que haya cometido en el trabajo o incluso con problemas en su vida personal.

2. Asume la responsabilidad de tus propias acciones

Si eres plenamente consciente de que tu jefe está molesto por un error concreto que has cometido o por algo que has dicho, asume la responsabilidad y admite que lo has hecho. Al admitir que cometiste un error o tuviste un comportamiento problemático y disculparte por ello, estás demostrando a tu jefe que estás dispuesto a aceptar las consecuencias de tus defectos. Recuerda que tu jefe tiene un trabajo estresante con una serie de objetivos y expectativas puestas en él, por lo que el rendimiento de cada individuo del equipo que dirige puede reflejarse también en él.

Cuando te disculpes por un error en el trabajo, sé honesto sobre el motivo del error y reconoce que entiendes cómo afectó directamente a tu jefe. A continuación, ofrezca una solución bien pensada tanto para arreglar el error como para evitar que se repita en el futuro.

Relacionado: Pasos a seguir después de cometer errores en el trabajo

3. Establecer una comunicación sana

Establezca un canal de comunicación saludable entre usted y su gestor abordando directamente con él cualquier preocupación. Abordar estas preocupaciones a medida que surgen, en lugar de esperar a un escenario en el que tengas que dar explicaciones, puede aumentar la confianza. Por ejemplo, si tienes problemas familiares que están afectando a tu concentración en el trabajo, hablar con tu jefe puede ponerle al corriente de tu problema y ayudarle a entender cualquier posible disminución del rendimiento. Tu jefe puede estar dispuesto a ayudarte a encontrar soluciones en el lugar de trabajo para garantizar que tu rendimiento no se vea afectado, como por ejemplo, elaborar un horario flexible o un tiempo libre.

Una vez que tenga una línea de comunicación establecida, cualquier conflicto que su jefe pueda tener con usted puede ser más fácil de hablar. Esto también le da la oportunidad de que su jefe comprenda mejor la situación desde su perspectiva. Además, la comunicación proactiva demuestra que quieres tomar la iniciativa para resolver los problemas y aumentar la productividad.

Relacionado: Relacionado: 4 tipos de comunicación (con ejemplos)

4. Gestionar proactivamente sus emociones

Puedes procesar tu frustración, enfado o miedo inmediatos cuando recibas un comentario negativo o un enfado de tu jefe. Sin embargo, sepa que hay un momento y un lugar para tratar los temas en cuestión. Anota una reunión en su calendario y luego haz todo lo posible para que no te afecte hasta que llegue el momento.

Intenta sumergirte en tu trabajo como una forma positiva de canalizar tu energía. Puedes aprovechar este tiempo para preparar la reunión con tu jefe. Si te mantienes dedicado a tus tareas laborales, así como a tu relación con la empresa, podrás mantenerte más centrado, trabajador y profesional en situaciones de estrés.

5. Establecer límites personales

Su jefe es el encargado de asegurarse de que hace su trabajo de forma adecuada y profesional. Sin embargo, si cree que su comunicación se resiente entre usted u otros miembros de su equipo, recuérdese que todo el mundo comete errores y que no siempre se puede complacer a todo el mundo. Lo mejor que puede hacer es abordar los problemas que se plantean en un tono ecuánime y ser honesto sobre su capacidad de trabajo dentro de una capacidad específica y permitirse decir que no a las peticiones imposibles.

Si observa una falta de comunicación con su gerente, intente sugerir maneras de que todo el equipo trabaje en ello. Algunas ideas son tomar una clase en grupo o asistir a una conferencia o seminario sobre el cultivo de las relaciones profesionales del que todos podrían beneficiarse.

Relacionado: Pasos eficaces para la resolución de problemas en el lugar de trabajo

6. Proponer una solución

Una vez que haya establecido una comunicación sana y haya identificado el problema, intente tomar la iniciativa para proponer una solución valiosa. Comprenda que los directivos suelen estar orientados a las soluciones y que puede que no acepten su sugerencia, pero demostrar que se ha tomado el tiempo de evaluar el problema e identificar posibles soluciones demuestra iniciativa y profesionalidad.

Al ser proactivo y ofrecer soluciones a su gerente antes de intentar arreglar el problema sin consultar a nadie, su gerente puede examinar su sugerencia y ofrecer una opinión sincera sobre si su enfoque propuesto es apropiado.

Si tu gestor aprueba tu sugerencia, haz el trabajo pesado de poner en práctica tu estrategia. Esto no sólo demuestra que puedes seguir tu iniciativa, sino que también alivia el estrés que normalmente recae en un gerente de supervisar y aplicar una solución. Al trabajar activamente para facilitar el trabajo de tu gerente, le estás mostrando que estás dispuesto a corregir tus errores más allá de las palabras vacías y a asumir la responsabilidad de tus acciones.