Contar historias es una importante técnica de creación de redes, comunicación y relaciones. Contar historias puede ayudarle a sentirse más cómodo en entornos sociales y a hablar con más elocuencia en grupos grandes. Aunque contar historias es una habilidad importante, requiere práctica y preparación.
En este artículo, analizamos diferentes consejos y técnicas que pueden ayudarle a ser un mejor narrador.
¿Qué es un contador de historias?
Los narradores utilizan el lenguaje de forma creativa para unir a la gente a través de sus cuentos. Los narradores son aquellos que cuentan historias a un público de manera que todos se sientan conectados. La narración de historias es beneficiosa en varios ámbitos del desarrollo profesional, como la conexión con los compañeros de trabajo, la creación de una relación con los directivos o la mejora de las habilidades para las entrevistas. Por ejemplo, narrar una historia convincente sobre una experiencia laboral puede ayudar a los entrevistadores a entender cómo su trabajo anterior le cualifica para el puesto.
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Cómo ser un mejor narrador
Ser un narrador de éxito requiere una historia ensayada, un gran dominio del lenguaje, un ritmo adecuado y otros aspectos. Combinar estas habilidades puede ayudarte a contar una historia atractiva, que puede agradar y entretener a los que te rodean dentro y fuera del lugar de trabajo. Aquí tienes algunos pasos que te ayudarán a ser un mejor narrador:
1. Planificar con antelación
Para contar una historia cohesionada e impactante, planifica tu historia con antelación. Practicar puede ayudarte a saber lo que tienes que decir, lo que puede ayudar a que tu público te considere bien informado. En primer lugar, intenta tomar notas de algunas historias interesantes que quieras contar. Elige una historia y escríbela para visualizar cómo puedes contarla. A continuación, elige las partes esenciales de la historia para saber qué debes incluir o destacar. Una vez completados estos pasos, tendrás un borrador o esquema de tu historia que podrás empezar a practicar.
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2. Crear una introducción interesante
Engancha a tu audiencia con una introducción convincente. La introducción marca el tono del resto de la historia, así que es esencial empezar con fuerza. La clave para enganchar a tu público es captar su interés, lo que en parte pasa por tener un tema interesante. Una buena manera de empezar tu historia es proporcionar a tus oyentes algo de contexto o antecedentes. Establezca el estado de ánimo y la atmósfera mediante el establecimiento de la escena. El ritmo de la introducción también puede ayudarte a evitar revelar o describir el final demasiado pronto.
3. Conozca el tiempo y el público
Antes de empezar a contar historias, pregúntate si tu historia es apropiada para el momento y el lugar. Por ejemplo, podría ser mejor contar una historia corta durante una pausa para el café y una historia más larga cuando todos tengan tiempo y estén dispuestos a escuchar. Si tienes una variedad de historias que contar, suele ser más fácil tener una historia apropiada para cada situación. Considere la posibilidad de cronometrar sus presentaciones mientras practica para ayudar a determinar la duración de cada historia y así saber cuándo es un buen momento para contar una.
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4. Varíe el tono y el ritmo
Un buen narrador utiliza el tono adecuado para su historia con el fin de ayudar a la audiencia a entender mejor los puntos que quiere exponer. Para mantener la atención de la audiencia, varía el tono de tu voz para que se adapte a los diferentes tiempos de tu historia. Utilice inflexiones de voz para crear énfasis o baje la voz para añadir suspense. También puede utilizar una voz informal durante una parte alegre de su historia y un tono sombrío para las partes más serias.
El ritmo de tu historia también puede garantizar que pongas el énfasis en las partes correctas. Por ejemplo, si quieres destacar una parte de tu historia, puedes hacer una pausa para que tu audiencia conecte con la idea. Asegúrese de hablar despacio y con claridad para que todos puedan entenderle.
5. Añadir emoción
Cuando cuente una historia, añada emoción a su actuación. Puede incluir anécdotas cortas o tangentes para añadir algo de variedad a su discurso. Intenta utilizar imágenes para describir diferentes elementos a tu audiencia. El uso de un lenguaje descriptivo puede ayudar a conseguir ese efecto. Una técnica excelente para practicar es mostrar, no contar. En lugar de decir que el escenario de tu historia es un bosque, describe el bosque. Muéstrale a tu audiencia los altos pinos y el riachuelo ondulante a través de imágenes, en lugar de decirles sólo que hay árboles y un curso de agua.
6. Practique
La clave para convertirse en un mejor narrador es practicar. La práctica también puede ayudar a la memorización, que es importante para una buena narración. Cuando conoces los puntos principales de tu historia, puedes mantenerte centrado y limitar las tangentes innecesarias. Es útil ensayar un par de veces a solas para poder ultimar tu historia antes de practicar delante de la gente.
Una vez que te sientas cómodo con tu historia, puedes empezar a practicar delante de algunos amigos o familiares. Practicar delante de personas cercanas puede facilitarte la recitación de tu historia, y ellas pueden ayudarte a dar opiniones que mejoren tu presentación. Cuando te sientas seguro contando historias delante de unas pocas personas, puedes seguir practicando delante de más y más personas hasta que estés preparado para contar historias delante de un grupo grande.
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7. Elabore una conclusión satisfactoria
Al igual que la introducción, intenta que la conclusión sea intrigante y satisfactoria. Una vez que hayas contado tu historia, resuelve los conflictos o explica los puntos de la trama que faltan. Intenta que el final sea contundente para que los oyentes se sientan satisfechos y recuerden tu historia. Cuando esboces tu historia, asegúrate de que tu final tenga una conclusión definitiva que tu audiencia pueda entender. Intentar relacionar tu conclusión con tus oyentes también puede ayudarles a establecer una mejor conexión contigo.