Cómo tener una conversación difícil con tu jefe

Alcanzar un determinado objetivo en el trabajo o superar un obstáculo puede requerir que tengas una conversación difícil con tu jefe. Puede resultar incómodo entablar estos intercambios, pero le permiten mejorar el nivel de apertura entre usted y su jefe y llegar a una resolución colaborativa. Conocer algunas estrategias fundamentales para manejar estas conversaciones incómodas puede ayudarte a que se desarrollen con mayor fluidez y a lograr tus objetivos.

En este artículo, analizamos por qué es importante tener conversaciones difíciles con tu jefe y los pasos que debes dar cuando las tengas.

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Por qué es importante mantener conversaciones difíciles con un directivo

Mantener conversaciones difíciles con un directivo puede ayudarte a resolver problemas. Aunque sea difícil, puede conducir a un resultado favorable. Esto incluye:

  • Salario más alto
  • Mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada
  • Responsabilidades más satisfactorias
  • Relaciones más positivas con los compañeros

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Cómo mantener una conversación difícil con tu jefe

Estos son algunos de los pasos que puedes seguir para tener una conversación difícil con tu gestor con éxito:

1. Solicite una reunión

Siempre es una buena idea tener conversaciones difíciles con tu jefe en persona, ya que puedes sentirte seguro de que tienes toda su atención. Además, así te aseguras de que te diriges a él en un momento en el que es conveniente para su agenda y en el que es probable que sea más receptivo a lo que tienes que escuchar.

Cuando solicites hablar con ellos en privado, mantén tu mensaje lo más sencillo posible. Por ejemplo, puede decir simplemente, «Me gustaría hablar de mi revisión de rendimiento. ¿Cuándo sería un buen momento para ello?

2. Cambia tu mentalidad

El primer paso que debes dar, antes de dirigirte a tu jefe, es cambiar tu mentalidad. Si ya tienes la mentalidad de que la conversación va a ser difícil, es más probable que te sientas molesto o nervioso al hablar con ellos. En su lugar, intenta pensar en la reunión como una oportunidad para mantener una conversación constructiva. Si piensas en ella como una conversación normal, lo más probable es que se desarrolle con mayor fluidez y sea lo menos estresante para ti.

3. Reúne tus ideas

Puede ser útil pensar bien lo que se quiere decir antes de tener una conversación difícil. La mejor manera de hacerlo es anotar los puntos clave que quiere exponer durante la conversación. Al tomar notas con los puntos principales que quieres tratar, puedes ser flexible y estar preparado con una variedad de posibles respuestas en función de cómo se desarrolle la conversación.

También es una buena idea pensar en posibles soluciones a su problema por adelantado. Al estar preparado con una variedad de soluciones, está mostrando a su jefe que ha considerado el asunto cuidadosamente y que quiere que la reunión sea lo más constructiva posible. Por ejemplo, si tienes dificultades con tu carga de trabajo actual o con un proyecto concreto, prepárate para sugerir una solución alternativa viable.

4. 6. Sea consciente de su lenguaje y tono

Es importante que seas consciente del lenguaje que utilizas y del tono con el que hablas. Hay que utilizar un lenguaje sencillo y claro y un tono neutro. Es importante tener en cuenta que un comportamiento tranquilo puede ayudar a que una conversación difícil se desarrolle sin problemas y a alcanzar el resultado final deseado.

5. Aborde el tema directamente

Cuando inicie la conversación con su jefe, comience por abordar inmediatamente el motivo de la misma. También es una buena idea hacerles saber en este momento que aprecias que se hayan tomado el tiempo de reunirse contigo. Por ejemplo, podría decir, Muchas gracias por hacer un hueco en su agenda para hablar. Sé que tiene muchas cosas que hacer. La razón por la que quería reunirme es que he tenido problemas con el equilibrio entre el trabajo y la vida privada y quería discutir la idea de trabajar desde casa a tiempo parcial»

Al expresar inmediatamente su agradecimiento, puede ayudar a establecer un tono positivo para la reunión. Además, al cambiar inmediatamente la conversación al propósito de la reunión, le muestras que respetas su tiempo.

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6. Escuche activamente la perspectiva de su jefe

Después de expresar tus ideas, pide a tu jefe que ofrezca su propia perspectiva sobre el asunto. Puede que tengan las mismas preocupaciones que tú o que tengan una perspectiva diferente sobre el tema. En cualquier caso, si escuchas activamente lo que tienen que decir, será mucho más probable que abordes las cuestiones adecuadas y consigas un resultado más positivo.

Cuando escuche los comentarios de su jefe, sea consciente de sus propias respuestas verbales y no verbales. Debes parecer abierto y receptivo a lo que tienen que decir. Pide aclaraciones si es necesario y, si no te gusta su respuesta, considera la posibilidad de dar más explicaciones. Sin embargo, ten cuidado de no ponerte a la defensiva.

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7. Llegue a una resolución

Tome nota de los casos en los que su punto de vista difiera del de su jefe e intente negociar una solución en la que ambos estén de acuerdo. Por ejemplo, si el objetivo de la conversación era negociar un aumento de sueldo y no es posible en este momento, pregunta si hay objetivos concretos en los que puedas trabajar que le animen a reconsiderar su decisión. Si es así, pida un plazo para esos objetivos y una fecha concreta en la que podría volver a discutir la idea de un aumento.

En última instancia, el objetivo de la conversación debe ser crear una mayor apertura entre usted y su jefe, de modo que se cumplan los objetivos de ambos. La transparencia entre usted y su supervisor puede conducir a un ambiente de trabajo más positivo y a un equipo más eficiente y productivo.