Encontrar la forma de dirigir tu atención al orador es fundamental durante una reunión o una larga conversación. Al demostrar que entiendes lo que dice el orador, expresas que valoras y respetas sus ideas y perspectivas. Este es un elemento importante para facilitar el trabajo en equipo y la comunicación abierta.
En este artículo, analizamos la importancia de la escucha activa en el lugar de trabajo y compartimos las formas en que puedes mejorar tus habilidades de escucha.
Habilidades de escucha activa: Definición y ejemplos
Por qué es importante la escucha activa en el trabajo
La escucha activa en el trabajo es importante porque te permite demostrar a tus compañeros que valoras lo que tienen que decir. Durante las reuniones o las sesiones de brainstorming, la escucha activa puede ayudarte a captar todo lo que dicen los demás y a pensar en aportaciones significativas a la conversación. Cuando prestas atención a los demás, ellos sienten que los respetas. Este es un componente importante para establecer una comunicación abierta y una camaradería en el trabajo.
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Cómo utilizar la escucha activa en el trabajo
Siga estos pasos para demostrar que usted' es un oyente activo en el trabajo:
1. Limitar las distracciones
Mientras mantiene una conversación, limite al máximo sus distracciones. Esto significa poner el ordenador en reposo, poner el teléfono en silencio y cerrar la puerta del despacho. Si estás planeando una reunión, intenta reservar una sala de conferencias cerrada. Al limitar el ruido excesivo o las interrupciones, puedes mantener tu atención dirigida al orador.
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2. Utilizar el lenguaje corporal adecuado
Mientras alguien le habla, demuestre que le está escuchando utilizando el lenguaje corporal adecuado. Una ligera inclinación de la cabeza, una postura erguida, una sonrisa y el contacto visual son buenas formas de mostrar que estás participando en una conversación. Además de estas señales no verbales, también puedes utilizar afirmaciones verbales como «vale» y «mhm» para demostrar que estás escuchando. Estas acciones pueden hacer que el interlocutor se sienta más cómodo y dispuesto a seguir compartiendo sus pensamientos y opiniones.
3. Centrarse en el presente
En lugar de pensar en una respuesta, escuche realmente lo que dice el interlocutor. Intente acallar sus pensamientos y vivir el momento presente. Cuando terminen sus reflexiones, puedes intentar pensar en qué añadir. Durante la reunión, puedes llevar un cuaderno para anotar las preguntas que tengas, de modo que puedas concentrarte en la reunión y recordar qué preguntar más tarde. Es posible que, a medida que la persona siga hablando, responda a tus preguntas iniciales.
4. Buscar el sentido después
Trate de entender primero lo que alguien está diciendo antes de buscar un significado más profundo. Una vez que asimiles lo que han dicho, podrás empezar a decidir si están transmitiendo algún mensaje subyacente. Si toma lo que alguien dice al pie de la letra, podrá recordar mejor lo que ha dicho. Cuando reflexiones sobre la conversación, piensa en su tono, su comportamiento y su lenguaje corporal.
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5. Resumir lo que dijo el orador
Una forma de demostrar que entiendes lo que alguien acaba de decirte es hacer un breve resumen de lo que ha dicho. Al parafrasear, podría empezar la frase con: «A mi entender, usted…»; Esto es útil sobre todo si se malinterpreta lo que han dicho. Le da al orador la oportunidad de aclarar cualquier punto que haya dicho.
6. Hacer preguntas de seguimiento
Hacer preguntas bien pensadas es otra forma de demostrar que estás interesado en una conversación. Cuando piense en qué preguntar, reflexione sobre lo que acaba de decir el interlocutor, de modo que sólo busque información nueva. Intenta pensar en preguntas que le ayuden a desarrollar lo que acaba de decir. Tanto las preguntas específicas como las abiertas son una forma útil de obtener más información del interlocutor. Es posible que aprecien tus preguntas si se olvidaron de mencionar un punto específico.
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Consejos para escuchar en el trabajo
Estos consejos pueden ayudarte a mejorar tu capacidad de escucha:
- Permitir momentos de silencio. Durante una pausa en la conversación, deja que el interlocutor piense en cosas adicionales para decir. Al permitir un momento de silencio, le das la oportunidad de pensar en lo que quiere compartir. En lugar de llenar el vacío con tus propios pensamientos, esto os da a ambos la oportunidad de pensar en lo que han dicho.
- Tome notas. Cuando alguien te está explicando algo, tomar notas taquigráficas puede ayudarte a recordar la información. Mientras tomas notas, asegúrate de levantar regularmente la vista de tu portátil o cuaderno para mostrar al orador que estás escuchando.
- Mostrar empatía. Cuando alguien está compartiendo algo personal o emocional, su respuesta y lenguaje corporal pueden mostrar su empatía. Por ejemplo, respondiendo con, «Entiendo tus preocupaciones. Deja que te ayude a resolverlo,» les muestra que realmente te importa.
- Encontrar el equilibrio. Si alguien está compartiendo un problema contigo, compartir tus propias experiencias puede ser útil en pequeñas dosis. Asegúrate de seguir centrándote en ellos, pero utiliza tus propias experiencias para ayudarles a sentir tu empatía.
- Intenta aprender. Cuando vaya a una reunión o sesión de formación, espere aprender algo. Esta actitud puede ayudarle a hacer un mayor esfuerzo para procesar lo que el orador está diciendo.
- Recarga tu cuerpo y tu mente. Cuando sepas que vas a tener una reunión larga, muévete un poco antes. El ejercicio ligero, como caminar o estirarse, puede hacer que la sangre fluya y que te sientas más despierto. Asimismo, tomar aire fresco puede aumentar tu nivel de energía y ayudarte a mantener la concentración.
- Sea sincero. Si un compañero de trabajo quiere charlar mientras tú estás ocupado o te sientes estresado, sé sincero y hazle saber que ahora no es el mejor momento para hablar. Planifica un momento para hablar con ellos más tarde, cuando puedas centrarte en ellos y no en un plazo urgente.