Se aprovecha la estructura tradicional para garantizar que las operaciones funcionen con eficacia. Este sistema valora la autoridad descendente, junto con funciones y responsabilidades específicas para cada empleado. En algunas empresas se utiliza una estructura organizativa más moderna que reduce el poder centralizado y da más libertad a los empleados.
En este artículo, definimos la estructura organizativa tradicional y comparamos sus diferencias con la estructura moderna para ayudarle a determinar la mejor opción para su situación.
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¿Qué es una estructura organizativa tradicional?
La estructura organizativa determina cómo se distribuye el trabajo en una empresa. En una estructura tradicional, todos los empleados siguen una cadena de mando jerárquica y el poder fluye hacia arriba en la organización.
El organigrama tradicional puede parecerse a una pirámide. El director general se situaría en la cúspide, y la capa inferior estaría formada por los directores de departamento que dependen del director general y supervisan las operaciones generales de su departamento. A continuación estarían los gerentes de primera línea, o supervisores, que gestionan las operaciones diarias de su departamento o equipos, y por debajo están los empleados no directivos que dependen de ellos.
Los ejemplos de estructuras organizativas tradicionales son:
- Estructura organizativa funcional: La organización divide a sus empleados en grupos según sus funciones o especialidades. Por ejemplo, una organización que utiliza esta estructura puede tener un departamento de finanzas, un departamento de marketing y un departamento de investigación y desarrollo, y cada departamento tiene grupos especializados dentro de ellos que dependen del director del departamento.
- Estructura organizativa de la división: Las organizaciones más grandes se benefician de este tipo de estructura, que divide a los empleados en equipos basados en productos, proyectos o lugares específicos. Por ejemplo, un banco puede tener una división de banca minorista, una división de banca de inversión y una división de banca privada.
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¿Qué es una estructura organizativa moderna?
Una estructura organizativa moderna no tiene una disposición de poder jerárquica y descendente. También conocida como estructura organizativa contemporánea, elimina los límites departamentales entre los empleados y les hace trabajar en proyectos juntos en pos de los objetivos de la empresa. Los empleados que trabajan en los proyectos reciben requisitos y objetivos de productividad, pero tienen el poder de determinar por sí mismos la mejor manera de completar el proyecto. Por lo general, esta estructura promueve el intercambio de habilidades y recursos en toda la organización para alcanzar sus objetivos.
Ejemplos de estructuras organizativas modernas
- Estructura organizativa matricial: Cuando se sigue esta estructura, la organización sigue teniendo departamentos, pero crea grupos de proyectos que incluyen empleados de diferentes departamentos. Los empleados que trabajan en esta estructura pueden tener dos supervisores—un director de proyecto y un director funcional o de departamento. Una organización que lanza un nuevo producto, por ejemplo, puede crear un equipo de proyecto que combine miembros de los departamentos de investigación y desarrollo, marketing y finanzas.
- Estructura organizativa plana: La organización elimina las capas de mandos intermedios entre los empleados y los ejecutivos, por lo que esta estructura se adapta a las empresas más pequeñas o a las nuevas empresas en fase inicial. Aquí, los empleados reciben poca supervisión y tienen el poder de formar equipos y elegir en qué proyectos trabajar en función de sus intereses o habilidades.
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Diferencias entre las estructuras organizativas tradicionales y las modernas
La siguiente lista demuestra en qué se diferencian las estructuras organizativas tradicionales y las modernas:
Toma de decisiones
En una estructura organizativa tradicional, el poder de decisión es máximo en la cúspide y se reduce a medida que desciende en el organigrama. El director general tiene el mayor poder de decisión y puede delegar algunas decisiones en sus jefes de departamento, que a su vez pueden delegar algunas decisiones en sus supervisores de equipo. En esta estructura, los empleados tienen poco poder de decisión y, en cambio, reciben instrucciones de sus supervisores. Tener el poder centralizado entre unos pocos miembros de la organización puede ser beneficioso porque proporciona mensajes claros a toda la organización sobre los objetivos y las expectativas, eliminando el potencial de confusión.
Sin embargo, una estructura organizativa moderna no utiliza ese sistema de poder centralizado. En su lugar, los empleados no directivos suelen poder determinar en qué proyectos quieren trabajar y los métodos que utilizan para llevarlos a cabo. En algunas situaciones, el personal directivo puede incluso colaborar con los empleados o aceptar sus comentarios sobre las decisiones tomadas en la empresa. Este método ayuda a empoderar a los empleados haciendo que sus voces e ideas sean escuchadas en la empresa. Dado que los empleados tienen más poder de decisión en una estructura organizativa moderna, también pueden determinar de forma proactiva cuándo y cómo ayudar a otros equipos en los proyectos, en lugar de esperar las instrucciones de su supervisor para hacerlo.
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Comunicación
Debido a la naturaleza jerárquica de una estructura organizativa tradicional, los individuos del nivel más alto de la dirección pueden tener poca comunicación con los empleados que no son sus subordinados directos. Por ejemplo, la información de la alta dirección puede difundirse a través de correos electrónicos, boletines o jefes de departamento.
Una estructura organizativa moderna tiene menos límites departamentales, lo que permite métodos de comunicación más rápidos y sencillos. Pueden emplear el uso de aplicaciones de mensajería instantánea o software que permite a todos los miembros de la organización comunicarse entre sí. Y en una estructura organizativa plana, por ejemplo, no hay mandos intermedios, por lo que los empleados tienen más oportunidades de hablar directamente con los directivos de mayor nivel.
Trabajo en equipo
Las empresas que siguen la estructura organizativa tradicional dividen a sus empleados en departamentos o divisiones en función de sus funciones. Como resultado, los empleados de diferentes departamentos pueden tener pocas oportunidades de trabajar juntos. El hecho de centrarse en su función específica también les permite adquirir importantes conocimientos y experiencia, lo que puede convertirlos en expertos en su campo. Sin embargo, el hecho de que sólo realicen su trabajo concreto y trabajen con compañeros que realizan tareas similares, puede limitar sus oportunidades de ampliar sus capacidades y aprender más sobre otros aspectos de la empresa.
Las empresas con estructuras organizativas modernas promueven las ideas de trabajo en equipo y colaboración, permitiendo que empleados de diferentes áreas trabajen juntos. El hecho de que los recursos se sumen puede ayudar a resolver los problemas o a alcanzar los objetivos con mayor rapidez. Estos equipos suelen tener más autonomía que los de las estructuras tradicionales, que deben esperar las instrucciones de su supervisor sobre cómo completar las tareas o los proyectos. Este sistema puede ayudar a crear relaciones en toda la empresa, ya que los empleados se dan cuenta de que necesitan confiar los unos en los otros, independientemente de la línea de negocio a la que pertenezcan, para alcanzar los objetivos de la empresa.
Flexibilidad
Los empleados de las estructuras organizativas tradicionales tienen funciones y responsabilidades establecidas que cumplen. Las organizaciones en entornos empresariales estables se benefician de esta estructura porque los empleados saben cómo completar su trabajo y afrontar los retos típicos asociados a él. Si la naturaleza del negocio de la organización rara vez cambia, estos roles establecidos pueden hacer que el trabajo sea más productivo y eficiente. Debido a la naturaleza más rígida de estas organizaciones, puede resultarles difícil adaptarse a entornos dinámicos, o pueden ser más lentas a la hora de afrontar retos inesperados.
Los empleados de las estructuras organizativas modernas tienen más flexibilidad en sus responsabilidades, lo que beneficia a las organizaciones en entornos más dinámicos. Tener esa flexibilidad permite a los empleados a colaborar fácilmente a través de los departamentos para resolver los desafíos. Estos empleados también tienen la oportunidad de aprender cosas nuevas trabajando en proyectos o equipos de su elección.