Enseñar a una clase de niños requiere una formación especializada y muchas habilidades, como organización, paciencia y planificación. Gestionar el comportamiento en el aula es una responsabilidad docente fundamental que depende de varias de estas habilidades. Aprender a gestionar el comportamiento en el aula puede contribuir a crear un mejor entorno de aprendizaje y enseñanza.
En este artículo, consideramos consejos para que los profesores puedan mejorar la gestión del comportamiento en el aula en general, a través de la estrategia de enseñanza, haciendo frente al mal comportamiento y con un sistema de apoyo al profesor.
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Consejos generales para la gestión del comportamiento en el aula
Estos consejos pueden utilizarse para la gestión del aula:
1. Preparar las clases
La preparación eficaz de su jornada escolar implica algo más que la planificación de la enseñanza. Asegúrese de la disponibilidad y el estado de funcionamiento de todos los materiales que piensa utilizar, en persona o en línea. Planificar sus pasos con antelación y preparar planes de reserva en caso de problemas ayuda a evitar las interrupciones de los alumnos que se aburren esperando.
2. Empezar por establecer relaciones
Al comienzo de cada curso escolar, dé la bienvenida a los alumnos a su aula y participe con ellos en las actividades del primer día. Demuéstreles que quiere establecer relaciones con ellos y que está deseando trabajar con ellos. Modele siempre los comportamientos que quiere que muestren los alumnos y, si comete un error, admítalo ante ellos. Esto puede ayudarle a ganarse el respeto de sus alumnos.
3. Tenga un plan de gestión del comportamiento en su aula
La cultura de su aula influye en el comportamiento de sus alumnos. Lo mejor es educar y guiar a los alumnos en lugar de centrarse en disciplinarlos. Cada profesor debe desarrollar un plan de gestión del comportamiento para su aula, que debe incluir:
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Establecer reglas: Establezca cuatro o cinco reglas principales para sus alumnos y expóngalas en un tono positivo. En lugar de decir “sin correr,” elegir decir “caminar siempre por los pasillos“ Explica a tus alumnos por qué hay normas y discute con ellos las reglas para que se sientan incluidos en la comunidad del aula.
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Crea consecuencias: Decide qué ocurre cuando un alumno infringe las normas e informa a los alumnos sobre la determinación. Las consecuencias pueden depender de la escuela y del grado, pero pueden incluir la detención, el tiempo de espera o la pérdida de privilegios.
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Sé coherente: Aplicar las normas de manera uniforme y justa a todos los estudiantes. Es una buena práctica corregir los errores a medida que los ve, dando instrucciones u orientaciones inmediatas sobre cómo corregir el mal comportamiento.
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Formar rutinas: Además de maximizar la eficacia de su programa diario, los alumnos disfrutan siguiendo la pauta diaria y sabiendo lo que se espera de ellos. También puede orientar a sus alumnos sobre las rutinas fijas de la clase, como los métodos para entregar las tareas y pedir ir al baño.
4. Minimizar las interrupciones del aprendizaje
Utiliza la asignación de asientos para planificar qué estudiantes están cerca de los demás para evitar las charlas y las interrupciones en el aula. Mantén a los alumnos centrados en sus actividades con indicaciones y recordatorios cuando alguien entre en el aula durante una lección o cuando el centro emita anuncios. Tenga un sonido específico, como un palo de lluvia, o una señal de mano de grupo a la que la clase deba unirse, para indicar a los alumnos que es el momento de acallar una clase ruidosa.
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5. Dar instrucciones sencillas
Asegúrate de que los alumnos entienden tus instrucciones sobre la actividad. Anticípate a las dificultades y resuélvelas con antelación. Prevea actividades adicionales para los alumnos que trabajen más rápido que el resto, para evitar que se aburran y molesten. Resulta útil moverse por el aula para interactuar, comprobar el progreso de los alumnos y responder a sus preguntas cuando pase por delante de sus mesas.
Consejos de estrategia para la gestión del comportamiento en el aula
Considera la posibilidad de probar estos métodos de gestión positiva del comportamiento:
1. Crear una identidad de clase
Cuando comience el curso escolar, decore el aula con un tema elegido o elija el nombre de la clase con los alumnos. Puedes dar ideas y luego pedir a los alumnos que den sugerencias para un nombre o un tema, como por ejemplo los superhéroes. Este tema puede proporcionarle un conjunto organizado de indicaciones para la gestión del comportamiento. Por ejemplo, si tu clase es la de los superhéroes, puedes recordarles que usen sus oídos ultra-escuchadores o que se reúnan en grupos para entrenar sus superpoderes.
2. Elogiar el comportamiento positivo
Reconocer el buen comportamiento es más eficaz que disciplinar o castigar a los alumnos que se comportan negativamente. Elogie el comportamiento que quiera reforzar, por ejemplo, “Un trabajo sobresaliente para llegar a sus puestos rápidamente”
3. Utilizar sistemas de recompensa
Si su escuela no cuenta con un sistema, cree un medio para recompensar el buen comportamiento de individuos, grupos y clases enteras. Utilice un sistema que anote y haga un seguimiento transparente de los comportamientos individuales, positivos y negativos, y que tenga objetivos alcanzables y recompensas por cumplirlos. Explique a los alumnos cómo pueden seguir el progreso de su comportamiento y motívelos a trabajar para conseguir las recompensas. Las recompensas divertidas, ya sean cosas como gomas de borrar y pegatinas o eventos como un recreo extra o una comida con el profesor, pueden ser sencillas pero motivadoras.
4. Divertirse en clase
Planifique formas de hacer que el aprendizaje sea más divertido para los alumnos, y utilice estos planes como motivación para sus alumnos. Si tiene una tarea difícil por delante, como un examen, o está tratando de superar un problema de comportamiento difícil, pida a su clase que se esfuerce para ganar una recompensa de aprendizaje divertida. Considera la posibilidad de gamificar los planes de aprendizaje, como por ejemplo, formar una lección como una actividad de escape room o utilizar una aplicación de concursos comunitarios. Su clase podría ganarse un día de pijama con una tarde de lectura extra, o una película relacionada con una unidad que haya terminado.
5. Considerar la enseñanza en grupos de pares
Para fomentar la mejora del comportamiento de los alumnos, considere la posibilidad de utilizar la enseñanza en grupos de iguales. Los compañeros pueden ser tutores académicos, útiles para supervisar y reforzar el comportamiento positivo con otros estudiantes. Un proceso de grupo también puede ayudar a la resolución de conflictos y a la mediación, ya que los alumnos pueden retroalimentarse mutuamente sobre los problemas de comportamiento para aprender de las situaciones difíciles.
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Consejos para tratar el mal comportamiento en el aula
Puedes utilizar los siguientes consejos para lidiar con los alumnos que se portan mal en tu clase:
1. Tratar cada mal comportamiento de forma individual
Cuando se produzca una situación difícil, busque el origen del problema y trátelo directamente, abordando el mal comportamiento individual. Si castiga a toda la clase cuando sólo uno o dos alumnos se portan mal, puede dañar su relación con los demás alumnos.
2. Observar y conocer el comportamiento de los alumnos
Cuando el año escolar es todavía nuevo, tómese el tiempo de estudiar el comportamiento de sus alumnos para buscar señales, como las expresiones faciales y el lenguaje corporal, de que se están volviendo desatentos o perturbadores. Sea proactivo y trate con estos alumnos antes de que se comporten mal. Si una estrategia de gestión del comportamiento no funciona, pruebe otra. Por ejemplo, si la reorientación verbal no funciona, pruebe el control de proximidad. Con el tiempo, puede saber y ser capaz de identificar qué alumnos tienden a portarse mal.
3. Mantener la calma y preservar la autoestima de los estudiantes
A veces, los alumnos buscan atención a través de un comportamiento inapropiado. Si esto ocurre, mantén la calma y responde sin emoción ni uso de amenazas. Desarrolle y utilice una señal silenciosa para el alumno que se dirija al mal comportamiento. Si esto no funciona, agáchese rápidamente y susurre al alumno lo que quiere que haga y las consecuencias de no hacerlo. Al utilizar correcciones silenciosas, usted mantiene el control de la situación, pero preserva la autoestima del alumno al evitar el uso de la vergüenza.
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4. Tener un plan de gestión del comportamiento individualizado para los alumnos que se comportan mal
A veces es necesario y eficaz crear un plan de gestión del comportamiento individualizado para un alumno. Una reunión para evaluar el asunto es una oportunidad para descubrir cualquier reto que el alumno haya mantenido oculto, como la necesidad de gafas o un estilo preferido de aprendizaje. También puede reforzar su relación con este alumno cuando intente ayudarle. Un plan de comportamiento individualizado aborda el problema de comportamiento específico y proporciona opciones para manejar su comportamiento. Por ejemplo, puede dar al alumno un lugar para calmarse si ha tenido un arrebato.
Consejos de apoyo para la gestión del comportamiento en el aula
Estos consejos para la gestión del comportamiento en el aula están relacionados con su sistema de apoyo como profesor:
1. Encontrar el estímulo de sus compañeros
Asista a las reuniones periódicas de los profesores y pregunte si puede hablar de las soluciones de gestión del comportamiento en el aula. Comparta experiencias desafiantes, métodos que puedan haber ayudado a resolver los retos y sea un apoyo para los demás. Acuda a profesores veteranos o jubilados para que le aconsejen sobre la planificación, las estrategias y las motivaciones que han utilizado eficazmente en el aula.
2. Buscar asistencia
Si tienes una situación difícil concreta, acude a tus colegas para que te orienten. Puede que se hayan encontrado con una situación similar y hayan desarrollado una solución eficaz. Pida consejo a los consejeros de la escuela y a otros profesionales de apoyo, ya que pueden tener otros ángulos de experiencia o conocimientos académicos que serían útiles.
3. Plan de apoyo
Póngase en contacto con un profesor de un aula contigua para elaborar un plan de apoyo para manejar a los alumnos volátiles. Por ejemplo, si un alumno se vuelve extremadamente conflictivo, el otro profesor puede vigilar su clase mientras usted se toma un tiempo extra con el alumno, ayudarle a acompañar al alumno fuera de su aula o ponerse en contacto con el director, si es necesario.
4. Utilizar el trabajo en equipo
Los profesores pueden apoyarse mutuamente participando en la gestión del comportamiento en toda la escuela. Esto implica vigilar el comportamiento de todos los alumnos' en el recinto escolar y tomar rápidamente medidas correctivas o elogiar la situación.
5. Trabajar con los padres
Las conferencias entre padres y profesores, los correos electrónicos y las llamadas telefónicas pueden proporcionar una visión útil y apoyo a un profesor que necesita ayuda con la gestión del comportamiento. Los padres pueden proporcionar información sobre su hijo, como alergias, estilos de aprendizaje y posibles problemas en casa. Los padres a veces no son conscientes de las dificultades de comportamiento en la escuela y pueden proporcionar un refuerzo adicional para el buen comportamiento de su hijo en casa.