Un mal hábito de trabajo puede tener un impacto negativo en su productividad, organización, éxito y relaciones con los compañeros y clientes. Los buenos hábitos de trabajo, por el contrario, pueden ayudarle a desarrollarse en su puesto, a tener experiencias positivas en el trabajo y a conseguir un ascenso. Es fundamental tener respeto por tu trabajo, tu lugar de trabajo y tus compañeros, así que trabaja siempre para eliminar tus malos hábitos de trabajo.
En este artículo, describimos qué son los malos hábitos en el trabajo y ofrecemos una lista de los malos hábitos que puede tener en el trabajo con ideas prácticas para mejorarlos.
¿Qué son los malos hábitos de trabajo?
Los malos hábitos en el trabajo se han convertido en comportamientos negativos habituales. Si bien es aceptable mostrar ocasionalmente algunos malos hábitos en el trabajo, éstos se reflejan mal en ti como empleado y como individuo. Es fundamental que reconozcas cuándo se ha formado un mal hábito y que modifiques tu comportamiento para mejorar tu experiencia en el trabajo.
14 malos hábitos en el trabajo
Una vez que hayas identificado tus malos hábitos, puedes solucionarlos antes de que tengan efectos duraderos en tus relaciones laborales y en tu trabajo. A continuación te presentamos algunos malos hábitos de trabajo que puedes tener y las formas de mejorarlos:
1. Ser negativo
Los sentimientos negativos pueden provenir de trabajar más horas, no llevarse bien con un compañero de trabajo o estar frustrado por la lentitud de un proyecto. Sea cual sea el motivo, la negatividad puede afectar a tu productividad y a tu satisfacción laboral en general. Proyectar negatividad también puede alejarle de sus compañeros de trabajo, ya que es posible que ya no disfruten trabajando con usted.
Puedes mejorar tu negatividad y tener una visión más positiva si comprendes qué es lo que te frustra y exploras formas de mejorarlo. Puede que tengas que hablar con tu jefe para ver si puedes delegar parte de tu trabajo en otras personas, tener un horario más flexible o centrarte más en lo que te hace feliz en el trabajo.
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2. Tener una mala comunicación
La comunicación adecuada es importante en cualquier lugar de trabajo, para que los compañeros puedan seguir trabajando juntos para alcanzar los objetivos y crear un entorno de trabajo cohesionado que beneficie a todos. Para asegurarte de que mantienes una comunicación adecuada, escucha activamente a los demás, responde con prontitud a la correspondencia electrónica importante, devuelve las llamadas telefónicas y muéstrate abierto a debatir opiniones y nuevas ideas.
3. Procrastinación
Puede que sientas que haces tu mejor trabajo cuando esperas hasta justo antes de la fecha de entrega para completarlo, pero la procrastinación puede tener un efecto negativo en la calidad de tu trabajo y de los compañeros que dependen de tu trabajo antes de poder completar el suyo.
En lugar de procrastinar, intenta terminar los proyectos y las tareas individuales lo antes posible. Puedes considerar la posibilidad de escribir una lista de tareas diarias, organizar tu calendario o pedir ayuda para cumplir los plazos cuando lo necesites.
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4. Trabajar con desorganización
Otro mal hábito laboral es la desorganización. La desorganización puede hacer que no se cumplan los plazos, que el trabajo tarde más de lo previsto en completarse y que no estés preparado para las reuniones. Para combatir la desorganización, crea un sistema que te funcione. Puede que necesites bloquear tu calendario, utilizar un archivador físico y organizar los archivos de tu ordenador en carpetas, limpiar tu escritorio desordenado y reunir lo que necesitas para una reunión con tiempo suficiente.
5. Llegar tarde
Puede que te encuentres con tráfico de camino al trabajo, que te olvides de una reunión programada o que te levantes tarde para trabajar. Estas circunstancias pueden ocurrirle incluso al empleado más bien intencionado; sin embargo, la impuntualidad regular o continua es poco profesional. Para llegar a tiempo al trabajo o a las reuniones durante el día es necesario crear el hábito de presupuestar el tiempo suficiente en tu jornada para asegurarte de que llegas a tiempo.
6. No ser un jugador de equipo
Incluso si trabajas en un papel más solitario, es probable que haya un momento en el que necesites trabajar con tus compañeros para terminar un proyecto o lograr un objetivo compartido. Ser un jugador de equipo también significa reconocer a tus compañeros por su trabajo, ayudarles en sus tareas y tener una actitud amistosa.
Si no eres un jugador de equipo, puede que te resulte difícil conectar con tus compañeros y que tu jefe decida prescindir de ti para promocionarte, pero convertirte en un jugador de equipo puede resultar más natural si aprecias los estilos de trabajo de tus compañeros y muestras más positividad en el lugar de trabajo.
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7. Tener una mala comunicación no verbal
Su lenguaje corporal es tan importante como otras formas de comunicación. Tu lenguaje corporal puede dar a los demás la impresión de que no te importa o de que no confías en tus capacidades. En lugar de seguir con este mal hábito, presta mucha atención a cómo te presentas ante los demás. Asegúrate de mantener el contacto visual cuando alguien esté hablando y no cruces los brazos para no dar la impresión de que eres indiferente o estás molesto.
8. Distraerse
Hay muchas distracciones en cualquier jornada y entorno de trabajo. Desde una oficina ruidosa hasta las notificaciones del teléfono móvil, las distracciones pueden interrumpir tu jornada laboral y afectar profundamente a tu gestión del tiempo. Si tiene un mal hábito de distracción y eso le impide trabajar, concéntrese en cuáles son sus distracciones y encuentre formas de eliminarlas.
Si tu teléfono te distrae, ponlo en un cajón del escritorio. Si te distraen las notificaciones del correo electrónico en el ordenador del trabajo, considera la posibilidad de apagarlas y de consultar el correo electrónico sólo en determinados momentos del día.
9. No aceptar la retroalimentación
Aunque lleves varios años en la misma carrera, siempre existe la oportunidad de aprender. Su jefe, e incluso sus compañeros, pueden proporcionarle comentarios sobre su trabajo, y es fundamental que sea capaz de aceptarlos y apreciarlos. Si no eres capaz de hacerlo, podrías limitar tu potencial de oportunidades de progreso.
Para acostumbrarse a aceptar la retroalimentación, busque regularmente. Con los comentarios de los demás, puedes mejorar tu trabajo y sentirte más seguro en tu papel.
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10. Tomar demasiados descansos
Estar alejado de su trabajo durante demasiado tiempo puede reducir sus horas de trabajo reales. Aunque su empleador le permita hacer pausas a lo largo del día, es importante que las mantenga en una cantidad y duración razonables.
Para mejorar este mal hábito, entiende por qué te tomas demasiados descansos. Si es porque no puedes mantenerte concentrado en tu trabajo durante mucho tiempo, puedes considerar la posibilidad de cambiar el lugar desde el que trabajas en la oficina. Si hace muchas pausas para reunirse con amigos de otro departamento, sugiérale que se reúna para comer.
11. Tener una mala actitud
Ten en cuenta los beneficios de mantener la profesionalidad en el trabajo, por muy frustrante que sea la situación en la que te encuentres. Estos beneficios incluyen una relación laboral positiva con tus compañeros de trabajo, mayor motivación y productividad y más satisfacción en el trabajo, por nombrar algunos. Las malas actitudes suelen deberse al estrés o a la insatisfacción en el puesto actual, pero sea cual sea el motivo, suele ser algo que se puede gestionar y mejorar.
Intenta identificar de dónde viene tu mala actitud para poder abordarla, y luego trabaja para eliminar la causa. Por ejemplo, si hay una parte de tu vida personal que te está causando estrés, considera la posibilidad de tomarte un par de días libres en el trabajo para solucionarlo y poder volver al trabajo renovado. Si eres responsable de un proyecto que requiere mucho trabajo en el trabajo, pide ayuda y considera otras técnicas de relajación como respirar profundamente a lo largo del día para controlar la cantidad de estrés que sientes.
12. Mentir
Nunca es buena idea mentir en el trabajo. Este mal hábito puede provocar la desconfianza de tu jefe o de tus compañeros de trabajo, y si tus mentiras incumplen las políticas de la empresa, tu jefe puede decidir despedirte. Es importante operar desde una posición de integridad para que todas las personas con las que trabajas sepan que pueden confiar en ti, lo que conduce a relaciones profesionales positivas y satisfactorias.
Para eliminar su hábito de mentir, piense antes de actuar o hablar y asegúrese de que lo que hace y dice es veraz. También puede pensar en las consecuencias de mentir, ya que es probable que el beneficio que cree obtener al mentir no merezca el riesgo de las consecuencias.
13. Mostrar malos modales
Al igual que en su vida personal, los modales también son cruciales en el lugar de trabajo si quiere practicar los buenos hábitos. Diga gracias, por favor, disculpe y lo siento cuando sea apropiado. Practica los modales básicos y trata de entender si tu compañero está molesto por algo que hiciste en el trabajo para poder rectificar la situación.
Aunque realice estos modales básicos, también es importante tratar con respeto a todas las personas en el lugar de trabajo. La principal forma de mejorar los malos modales que puedas tener es prestar mucha atención a tu comunicación y asegurarte de que te diriges a los demás de forma amable y abierta.
14. Abuso de privilegios
Si tu empresa te da acceso a herramientas propias o alguna indulgencia, como permitirte trabajar desde casa los viernes, puedes descubrir que has abusado de estos privilegios. Una vez que un directivo tenga que exponer sus preocupaciones sobre tu rendimiento, puede ser más difícil redimirse. Si abusas de los privilegios, recuerda que debes respetar tu trabajo y las libertades y capacidades que te ha otorgado tu empleador, y cambia tus hábitos.