Los consumidores pueden tener que pagar tasas adicionales al utilizar un servicio o comprar un producto. Como profesional y consumidor, es posible que tenga que pagar estas tasas o que éstas cubran parcialmente su salario. Los recargos pueden afectar a sus finanzas y a la forma de evaluar el precio de diversos servicios y artículos. Con este conocimiento, puede entender mejor sus finanzas.
En este artículo, definimos lo que es un recargo, hablamos de quiénes los utilizan y por qué y exploramos ejemplos para comprender mejor cómo funcionan los recargos.
¿Qué es un recargo?
Los consumidores compensan el mayor coste de un determinado producto o servicio pagando un recargo. Un recargo es un cargo extra que se añade al precio original de un bien o servicio. Las empresas agrícolas, por ejemplo, pueden cobrar un recargo para compensar la mano de obra necesaria para cosechar sus cultivos. Aunque las empresas no suelen estar obligadas a incluir los recargos en el precio original de un producto o servicio, a menudo informan a sus clientes de la existencia de un recargo mediante una cláusula de exención de responsabilidad u otro aviso.
¿Quién utiliza los recargos?
Muchas empresas y organizaciones diferentes, incluidos los gobiernos y los profesionales de los servicios, utilizan recargos. A menudo, estos recargos pueden cambiar con el tiempo, ya que reflejan un coste que el precio original de un bien o servicio no cubre. Añadir un recargo a un servicio en lugar de cambiar el precio puede ayudar a considerar cambios temporales o condicionales en el valor en lugar de aumentar los precios a un ritmo incoherente.
¿Cómo funcionan los recargos?
Los recargos funcionan añadiendo un coste adicional al precio total de un artículo o servicio. Los recargos pueden ser una cantidad fija en dólares o un porcentaje del precio total. Las empresas y los profesionales de los servicios pueden elegir el que mejor se adapte a su modelo de negocio. Muchos precios de servicios o productos no incluyen el precio del recargo. En su lugar, las empresas calculan los recargos durante la transacción oficial. A menudo, las empresas pueden añadir el recargo al precio sin mencionarlo directamente al cliente, aunque proporcionan otro tipo de documentación sobre el recargo en recursos como contratos, carteles en la caja registradora o en el sitio web de la organización.
7 ejemplos de recargos
El concepto de sobreprecios es sencillo de entender, sobre todo si se tienen en cuenta los ejemplos habituales de esta práctica empresarial. He aquí algunos ejemplos de recargos que puede encontrar como consumidor o utilizar como profesional de los servicios:
1. La gratificación
Los restaurantes pueden tener un tipo de recargo, a menudo denominado propina, para compensar el coste del trabajo de los empleados. Esto puede ayudar a los restaurantes a pagar a sus camareros un salario justo en lugar de depender de las propinas de los clientes. Del mismo modo, un servicio de reparto de comida puede tener un recargo para compensar a los conductores por la gasolina y el mantenimiento del vehículo. Estos recargos se combinan con cualquier otra tarifa adicional, como la de entrega, para cubrir la comida, el servicio y otros costes operativos.
Estos recargos suelen aparecer en la factura del cliente para que pueda revisar el importe total antes de pagar. Los recargos por propina suelen ser un porcentaje del total de la cuenta. Por ejemplo, si un cliente se gasta 30 dólares en su comida, el restaurante puede cobrar un 15% de propina, lo que supondría un extra de 4,50 dólares en la cuenta del cliente.
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2. Cuotas de recuperación de la normativa
Las cuotas de recuperación suelen aparecer en las facturas de los servicios públicos, incluidos los de cable, Internet y electricidad. Las empresas de servicios públicos suelen crear estos recargos para cubrir o compensar las tasas que los organismos gubernamentales locales, estatales o federales cobran para regular la distribución de los servicios públicos. Las tasas de recuperación de la regulación pueden ser cantidades específicas en dólares o porcentajes de la factura, dependiendo de la empresa. Sin embargo, lo más habitual es que estos recargos sean una cantidad extra en dólares que se añade a la factura mensual del cliente.
3. Recargo por servicio adicional
Los profesionales de los servicios pueden cobrar a los clientes por cualquier servicio adicional que realicen fuera de su trabajo habitual. Por ejemplo, un mecánico puede cobrar un recargo por eliminación de residuos a los clientes que no quieran deshacerse de sus neumáticos usados. Esto puede ayudar a los profesionales de la empresa a presupuestar las tasas no habituales a las que pueden enfrentarse, como la eliminación de artículos peligrosos o ilegales.
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4. Presentar el recargo
Algunas empresas pueden tener un recargo para compensar el esfuerzo que supone presentar o enviar solicitudes. Por ejemplo, un gestor de préstamos puede tener un recargo fijo para compensar el papeleo oficial que debe presentar en tu nombre. Esto es habitual en las organizaciones de préstamos y en las empresas de alquiler. También puede encontrar un recargo similar en el caso de solicitudes grandes, como las de la universidad, para dar cuenta del esfuerzo profesional que requiere la revisión de una solicitud.
Los recargos por archivo y documentación no sólo compensan el esfuerzo que los profesionales emplean en registrar y finalizar las presentaciones de los clientes, sino que también cubren tareas adicionales, como la investigación, o los honorarios, como la comprobación de antecedentes.
5. Recargo en el cajero
Los recargos en los cajeros automáticos son muy comunes en los cajeros que pueden utilizar los clientes de cualquier banco. Normalmente, los bancos cobran una cantidad específica en dólares porque un cliente que tiene su dinero en otro banco puede utilizar su cajero automático. Estos recargos suelen oscilar entre tres y cinco dólares. Los usuarios de los cajeros automáticos suelen tener que pulsar un botón, firmar con su nombre o indicar de otro modo durante el proceso de retirada que están de acuerdo con este recargo como condición para su uso del cajero automático.
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6. Cuota de salida
Como las empresas tienen que pagar una tasa de procesamiento de tarjetas de crédito, algunas optan por añadir un recargo en la tasa de pago para cubrir el gasto. Normalmente, estos recargos son cantidades en dólares y son inferiores a 10 dólares por cada cliente. Las empresas pueden optar por aplicar este recargo a todos los clientes que paguen con tarjeta de crédito o cobrar sólo a los que utilicen una tarjeta de crédito por compras inferiores a una determinada cantidad de dólares. Esto es para asegurar que cada compra pueda cubrir la tarifa de procesamiento y al mismo tiempo permitir que el negocio se beneficie de la venta.
Por ejemplo, si una empresa paga una tasa de tramitación de 2 dólares por cada compra realizada con tarjeta de crédito, puede cobrar un recargo de 2 dólares a cada cliente que utilice una tarjeta de crédito o aplicar el recargo únicamente a los clientes que utilicen su tarjeta de crédito para una compra con un total de 2 dólares o menos.
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7. Tasa de tramitación en el mismo día
Las empresas de servicios públicos u otras empresas de facturación pueden aplicar una tasa de tramitación en el mismo día para cubrir el coste de que un cliente pague una factura el mismo día que vence. Esto es habitual en los pagos por teléfono y por Internet. Este recargo suele aparecer como una determinada cantidad de dinero, que los clientes aceptan cuando utilizan el servicio del mismo día. Los clientes que quieran evitar este recargo pueden liquidar su factura por adelantado, antes del día del vencimiento.